La información de una empresa es uno de los principales activos para el desarrollo, continuidad y crecimiento de los negocios, y es precisamente por ello, que constantemente miles de empresas se ven amenazadas por la fuga de información, entre ellas, existen casos en los que para su desgracia han padecido graves consecuencias que han perjudicado su reputación, han significado impactos económicos considerables, problemas legales o hasta la pérdida de sus clientes.

Este es un mal del que ninguna empresa está exenta y es mucho más común de lo que imaginamos. En un estudio de Privacidad y Protección de Datos, que realizó Deloitte México, del 100% de las personas que respondieron haber sufrido alguna pérdida o extravío de información, el 71% era relacionado a estrategias de negocios y el 29% restante fue en patentes, fórmulas y secretos industriales.

En 2019, la pérdida de datos afectó a 54% de las empresas mexicanas y significó pérdidas económicas por hasta 1 millón y medio de dólares, según un estudio realizado por Microsoft.
Estamos hablando de un tema, que es sumamente importante comprender y analizar para tomar acciones y prevenir antes de que se repita o nos suceda.

Comencemos por entender los tipos de causas que originan la pérdida de información.

• Causas Internas: Éstas se originan dentro del propio equipo de las compañías y se dan por inexperiencia, error o descuido en el manejo de la información.

• Causas Externas: Éstas causas se deben generalmente a la vulnerabilidad de la empresa y se originan por la competencia con otras empresas, ambiciones económicas de terceros o venganzas.

Estas causas internas y externas se deben a fallas en ámbitos organizativos, así como técnicos.

Ámbitos organizativos:
• Falta de clasificación.
• Falta de conocimiento y formación.
• Falta de procedimientos.
• Falta de acuerdos de confidencialidad.

Ámbitos técnicos:
• Falta de soluciones ante ataques.
• Falta de seguridad en accesos a infraestructuras.
• Falta de seguridad o control en sistemas de la nube.

En resumen, la fuga de información es una amenaza constante para todas las empresas, pero es prevenible con las herramientas digitales adecuadas y contratando los servicios de empresas especializadas en la gestión de la información.

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